Dar las gracias se está perdiendo entre la gente, por esto, quiero hacerle un homenaje. Para hacer más amena esta sociedad tan demoledora por las prisas, la economía, la política y la búsqueda del poder; uno pisa al otro para conseguir lo que se desea.
Todo lo que la vida nos da es porque lo necesitamos. Que todo llega y, lo que no nos gusta o nos derrota nos hace más sabios y empodera el ser.
Ando en un momento de mi vida donde agradezco, mi mente se siente libre y mis actos han sido y son lo que he aprendido; lo que quiero para mí. Es curioso entrar en mi mundo, encontrarme conmigo misma y sentir que todo está bien.
Por ello, quiero darle un toque de humor a todos mis demonios que se han enfrentado a esas personas que han ido apareciendo a lo largo de estos años; las que se marcharon y las que se han quedado a mi lado y apuestan por mi ser, sin tapujos y con toda la verdad por delante.
Asimismo, siempre he procurado hacer el menor daño posible porque cuando se trata de heridas y traumas infantiles es más difícil sobrellevar las relaciones personales. Para continuar, es de bien nacido ser agradecido, y por tanto dar las gracias es un bien:
- Por las risas, las sonrisas, las carcajadas, la envidia, la ira, los celos, el amor, la felicidad, la tristeza y un millón de emociones existentes en mi interior, así como su comprensión o escucha. Quiero dar las gracias por el conocimiento compartido, los bailes, los viajes, las personas vividas…;
- Gracias al poder que mi mente (y la vuestra) tiene, pues sin ella sería una roca sin sentimientos ni cerebro;
- Levantarme y saludar al sol aunque esté nublado, pues él siempre sale sin rechistar para calentarnos el día y darnos luz a tantos momentos tenebrosos que pueden suceder; y
- Seguir viva y contar con todo el fuego que llevo. Por eso escribo, para no olvidarme de lo intensa que es y ha sido mi vida, y que lo que ocurre es para que se cierren las heridas.
Para terminar, deciros que agradeciendo también me lamo las heridas, las sonrisas fingidas y las dudas, aportando un despertar de consciencia, una apertura del tercer ojo y me iré a la tumba feliz desnuda, expirando que no fui infeliz.
Recordad esto cuando vayáis por la calle o entréis a un establecimiento (a día de hoy, encima con mascarilla), cuando os despertéis y podáis ver esa sonrisa que tanto os gusta por la mañana; tomar un café al amanecer; recorrer el mundo en moto, en bicicleta, con mochila; ver a los familiares; vivir la experiencia de vivir siendo conscientes del aquí y ahora, del presente que nos mueve.
Buscad en vuestro interior y no tengáis miedo de expresar lo que sentís, seguro que alguien estará para daros la mano y ayudaros a ver la verdad, siempre y cuando tengáis voluntad de conocer.
Un abrazo, enredados.
Y que paséis unos bonitos días. Sonríe. Todo es perfecto.
Patricia Castillo.
@poetisaenredada